Después de casi diez años, los rodajes están a punto de terminar. Y para los más jóvenes, que han pasado la mitad de sus vidas rodando estas películas, el golpe es fuerte. Pero hay bastantes cosas que Tom Felton está deseando que pasen. Y es que por primera vez en una década, Tom podrá ponerse moreno, por ejemplo. "Muchos han soltado alguna lágrima en los últimos días, pero yo siento una mezcla de emociones, entre ellas entusiasmo. Durante la última década no hemos tenido mucha libertad para hacer otras cosas. Yo no he podido llevar mi color de pelo natural, o tumbarme al sol, o hacer algo 'remotamente peligroso', como esquiar. Ahora está bien eso de irse de vacaciones sin tener que ponerse protección solar 50 ni ponerse tres gorras para el Sol".
Aunque él insiste en que no se arrepiente de participar en las películas, admite que siente, en parte, que perdió su infancia. Y por algo que no le gusta, como la fama. "Para mí, la fama no es algo positivo. Es fantástico cuando vas a los estrenos y la gente te aclama, pero no es real".
Y, aunque se dice que Tom ha ganado alrededor de 3 millones de libras (casi 3,5 millones de euros) por su papel de 'malo', admite que el dinero también le ha dado problemas. "Compré muchas cosas inútiles: patines, ropa y esas cosas típicas de adolescentes. Y en cuanto pude, me gasté el dinero en coches, BMWs en su mayoría. Mi madre me dijo: 'Cómprate lo que quieras. Pero ten cuidado o perderás todo el dinero'. Y tenía toda la razón". Y el golpe de realidad vino por parte de Hacienda. "Cuando tienes dinero, también tienes que pagar impuestos, deudas e hipotecas, cosas sobre las que un chaval de 16 años no tiene ni idea. Y me metí en problemas. Había estado trabajando durante ocho años y todo lo que tenía era una deuda enorme. Llegamos a tener al alguacil en la puerta. Yo era tan inocente que no sabía ni para qué estaba ahí. El hombre señaló a mi coche y dijo: 'Nos lo llevamos. Danos la llave'".
Al final, el dinero consiguió que Tom envidiara a sus amigos. "Mientras todos mis amigos se iban a la universidad, de vacaciones a Tailandia, y tenían coches pagados por sus padres, yo tenía que buscar dinero para pagar todas esas deudas. Y sentía que iba por el camino equivocado; ¡tenía que haber sido yo el que se fuera de vacaciones!"
Tom ha participado también en otras películas, pero siente que ahora tiene que trabajar más que nunca. Y admite estar muy nervioso por tener que empezar de nuevo. "De repente, te encuentras solo y sin garantías de tener trabajo en un futuro. Tengo facturas que pagar y mi última audición fue cuando tenía 12 años. Me fui dos semanas a Los Ángeles para ver cómo era aquello, y en mi primera audición me temblaban las piernas y casi me desmayo. Fue la peor experiencia de mi vida. Cuando ven que no eres adecuado para el papel, te dicen: 'Muchas gracias, hasta luego'".
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